El 21 de enero de 2025, la Comisión Trinacional para el Desarrollo de la Cuenca del Río Pilcomayo emitió una alerta debido a un ascenso significativo en los niveles del río, con riesgo de desbordes en la cuenca alta y media. Ese día, en la estación de medición del angosto de Villamontes, ubicada en territorio boliviano, se registró un nivel inusual de aproximadamente 3.70 metros (m). Esta estación marca el final de la cuenca alta del Pilcomayo.
Durante enero de 2025, se registraron cuatro crecidas significativas en esta estación. La primera ocurrió entre el 2 y el 5 de enero, cuando el nivel medio diario del río subió de 0.88 m a 2.55 m, lo que representa un incremento de 1.67 m, equivalente a un aumento del 189.77%. Las variaciones del nivel del río registradas entre el 20 de diciembre de 2024 y el 2 de enero de 2025, es decir, el periodo anterior a esta crecida, fueron mucho más moderadas, con niveles que fluctuaron entre 0.85 m y 1.34 m.
A partir de esa primera crecida, se observó un cambio notable en el comportamiento del río. Las fluctuaciones en el nivel se volvieron más pronunciadas, alcanzando valores significativamente mayores. La segunda crecida más importante, en términos porcentuales, ocurrió entre el 19 y el 21 de enero, cuando el nivel subió de 1.80 m a 3.34 m, lo que representa un incremento del 85.56%.
A lo largo del mes, los niveles máximos registrados durante cada crecida fueron:
- 2.55 m (05/01/2025)
- 3.05 m (09/01/2025)
- 3.10 m (13/01/2025)
- 3.34 m (21/01/2025)
En cada evento, el nivel del río alcanzó alturas mayores que las del evento previo, reflejando una tendencia ascendente. Dado que la temporada húmeda en esta región se extiende hasta el mes de abril, es posible que en los próximos meses se superen los niveles máximos registrados hasta ahora.
El monitoreo constante de los niveles del río en distintos puntos de la cuenca es esencial para comprender el comportamiento de este cuerpo de agua. Esta información, combinada con sistemas de alerta temprana, resulta fundamental para preparar a las comunidades ante posibles inundaciones y reducir los riesgos asociados a estos eventos naturales.
Denise Cáceres, hidróloga del IRD