Por Carlos Torrico Delgadillo
A fines de junio, trece asociaciones de pescadores indígenas y locales de la Amazonía boliviana se reunieron en Rurrenabaque para firmar un compromiso histórico: el acuerdo pesquero “Peces y pesca para siempre”.

Fue durante el Tercer Encuentro de Pescadores del río Beni, realizado los días 28 y 29 de junio, un evento que marcó un hito al formalizar la creación de un Consejo de Gestión Pesquera y al definir acciones colectivas para garantizar la sostenibilidad de sus recursos: elaboración de planes de manejo, zonificación de áreas de pesca y reproducción, monitoreo comunitario, fortalecimiento de capacidades locales, mejoras en la comercialización y defensa legal del ecosistema.
Entre los asistentes hubo invitados que hicieron un largo viaje hasta las puertas de la Amazonía, al pueblo de Rurrenabaque. Eran representantes del Chaco boliviano y de su río Pilcomayo: Tomás Rivero, Fabián Cayo y Alejandra Zubelsa (en representación de Francisco Pérez, pescador Weenhayek). También integraba la delegación chaqueña la bióloga e investigadora Ludmila Pizarro. La participación de esta delegación fue posible gracias a la invitación de WCS Bolivia, institución organizadora del encuentro, junto a la Alianza Aguas Amazónicas y con el apoyo de otras fundaciones que trabajan en la región.
En esos días, pescadores del Pilcomayo y habitantes de la llanura chaqueña -que aunque comparten saberes ancestrales de pesca habitan paisajes muy distintos- intercambiaron experiencias y visiones de futuro.


Talleres, ciencia y saberes pesqueros
Además de los debates organizativos, el encuentro incluyó presentaciones sobre la situación pesquera en el río Beni y talleres con los pescadores. Investigadores y técnicos compartieron información sobre las especies locales, sus ciclos reproductivos, sus niveles de mercurio y los modos más saludables de consumo, promoviendo una alimentación nutritiva y segura. Fue un espacio de aprendizaje colectivo donde la ciencia se puso al servicio de los saberes y prácticas de los pescadores.


Dos ríos, dos realidades
Mientras el río Beni serpentea ancho y caudaloso en la Amazonía, el Pilcomayo es un río de grandes estiajes y repentinas crecidas, que cruza el Chaco boliviano con su carga de sedimentos y peces que sostienen la vida de pueblos indígenas y ribereños. La pesca en el Pilcomayo se realiza en canoas pequeñas o desde la ribera, sin motores ni frigoríficos, con vedas generales que a veces duran seis meses. En el Beni, en cambio, los pescadores necesitan recorrer largas distancias con botes a motor, congelar el pescado antes de entregarlo y gestionar vedas específicas por especie. El caudal de los ríos también difiere: masivo, regular e impresionante en la Amazonía; cambiante y caprichoso en el Chaco.
“Este Guaraní se queda aquí, compañeros”, dijo Fabián Cayo entre risas, asombrado por la belleza del paisaje, la riqueza ictícola y la gastronomía amazónica. Pero además de la belleza, lo que más impactó a los visitantes chaqueños fue la organización que observaron: asociaciones legalmente constituidas, un Consejo de Gestión Pesquera que tomará decisiones colectivas y un nuevo Centro de Acopio para procesar el pescado local. Un modelo que demostró cómo la articulación entre pescadores, ciencia y organizaciones puede fortalecer su oficio y su futuro.

Aprendizajes y proyectos
“Nuestros pescadores chaqueños se emocionaron mucho escuchando las historias de pescadores e investigadores en la Amazonía”, cuenta Ludmila. Vieron que en el Beni la investigación científica se hace junto a los pescadores, que su conocimiento es reconocido, y que sus organizaciones logran gestionar recursos, mejorar su comercialización y defender mejor sus derechos.
En sus reflexiones, coincidieron en la necesidad de avanzar hacia un acuerdo similar en el Pilcomayo. “Es una idea muy inteligente y necesaria aplicarla aquí también”, dijeron. Se imaginaron creando un Consejo de Gestión Pesquera en su región y plantearon incluso la formación de una confederación nacional de pescadores, para fortalecer la defensa de sus ríos y peces.

Sin distancias ni fronteras
Al finalizar el encuentro, la Asociación Paiche de Rurrenabaque regaló poleras con su logotipo a los visitantes chaqueños como símbolo de amistad entre ríos. Fue un gesto que selló la hermandad nacida esos días entre pescadores de la Amazonía y del Pilcomayo.
“No hay distancias, ni clases sociales, ni raíces genéticas que nos separen cuando se trata de cuidar nuestros recursos pesqueros”, reflexionó Ludmila al regresar. “Todos dependemos de la salud de nuestros ríos”.
Así, desde el Chaco hasta la Amazonía, los pescadores bolivianos siguen tejiendo redes de cuidado, intercambio y esperanza, para que la pesca siga siendo vida en sus comunidades y para que, como dice el acuerdo firmado, haya “peces y pesca para siempre”.
Histórica firma de acuerdo para la gestión sostenible de la pesca
La WCS Bolivia anuncia la firma del Acuerdo Pesquero “Peces y pesca para siempre”, un compromiso colectivo para el manejo sostenible y responsable de los recursos pesquero.
Leer la publicación oficial del WCS BoliviaLa pesca en los ríos bolivianos es vida, alimento y cultura. Por eso compartimos este video producido por el IRD sobre el consumo seguro de pescado en áreas donde podría haber mercurio en los ríos. Su mensaje – equilibrado y basado en la ciencia – puede ser útil para pescadores, consumidores y comunidades de distintos ríos de Bolivia.