El Monitoreo Participativo es una forma de trabajo innovadora en el estudio en curso de la cuenca del Pilcomayo. Se enmarca en la perspectiva de la Ciencia Ciudadana, donde pescadores, estudiantes y comunidades locales asumen un rol protagónico en la recolección de datos para la producción de conocimiento científico.
En la práctica, esta recolección deja de ser una tarea exclusiva de los investigadores: se convierte en un esfuerzo compartido que abre espacios de intercambio de saberes y enriquece tanto a la investigación como a las comunidades. Este enfoque atraviesa distintas especialidades del estudio de la cuenca, como la ecología pesquera, la geoquímica y la hidrología. Y se ha consolidado como una vía eficaz para involucrar a actores locales en la comprensión y gestión del río del que dependen para vivir.
En este marco, la bióloga villamontina Ludmila Pizarro, maestrante del CIDES-UMSA, desde Villa Montes presentó en la 3ª Jornada Científica del estudio sobre la cuenca Pilcomayo los avances de la línea de Ecología Pesquera. Este equipo está liderado por el investigador Marc Pouilly (IRD), y también forman parte de él el biólogo Francisco Osorio (UMSA) y la bióloga Soraya Barrera (Museo Nacional de Historia Natural). Todos buscan evaluar el estado del recurso pesquero y apoyar a las asociaciones en una mejor gestión de la pesca.
Cuadernos pesqueros y ciencia en el terreno
En su intervención, la investigadora mostró las cifras de su trabajo en el terreno, y también narró los periplos que ella y su equipo realizan para poner en marcha el monitoreo. Desde las primeras actividades de información en las comunidades hasta la entrega de los cuadernos pesqueros, el trabajo implica viajar río arriba y río abajo, y detenerse en puestos de pesca para explicar a los pescadores cómo registrar su actividad diaria.
Así, durante la temporada 2025 se distribuyeron 100 cuadernos pesqueros entre voluntarios Weenhayek, Guaraníes y criollos en comunidades de la cuenca alta (Tabasay, Tentaguasu, Puerto Margarita), la media (Villa Montes, Angosto y Peña Colorada) y la baja (Crevaux, Yacuiba). Cada libreta se convierte en una bitácora del río: allí se anotan las especies capturadas, las tallas, el destino de cada pez, si este irá al consumo familiar o al mercado. Y ahí también se anota los cambios que los pescadores perciben en el curso del agua.
En paralelo, se desarrolla el Monitoreo Biológico de Peces con estudiantes de la UMSA (La Paz) y de la UAJMS (Villa Montes y Entre Ríos). Ellos acompañan al equipo en largas jornadas de campo, aprendiendo a medir peces, realizar disecciones, identificar órganos reproductivos y recolectar otolitos, o esas pequeñas estructuras óseas que permiten determinar la edad de los ejemplares. Hasta la fecha, ya se han reunido 83 muestras biológicas, que serán analizadas en los laboratorios de la UMSA en La Paz.
En su presentación, Ludmila describió las escenas de su trabajo de manera muy gráfica: entre playas de arena, canoas y destripadereos de pescado, la ciencia se hace a la par de estudiantes tomando notas al borde del río y pescadores llenando datos a sus cuadernos. Es la Ciencia Ciudadana en ejercicio.
Perspectivas a futuro
La presentación de Ludmila concluyó con los próximos pasos de la línea de Ecología Pesquera:
- Conocer la cadena de comercialización del pescado en los sitios de estudio.
- Apoyar la organización de pescadores en la TCO Itika Guasu, donde aún no existen sindicatos pesqueros formales.
- Convocar a una asamblea general de pescadores del Pilcomayo en Villa Montes, prevista para fines de octubre, que incluiría un intercambio con pescadores del río Beni.
- Desarrollar una aplicación móvil para el registro pesquero participativo a partir de 2026.
